Nuestro Diario publicó un reportaje sobre la Asociación Carlos Jordán del Programa Impulso al Talento Académico de la Universidad Francisco Marroquín.
La Asociación Carlos Jordán fue fundada por exbecarios ITA en memoria de unos de sus más entrañables miembros.
- A pesar de ser un proyecto recién lanzado y que sigue en formación, sus miembros son guatemaltecos visionarios con la misión de motivar a jóvenes a descubrir y alcanzar sus metas, explica el matutino.
La Asociación da acompañamiento a los ITA de primer ingreso para facilitarles su adaptación en los estudios. También les brindan ayuda económica a los becados del interior que no obtuvieron una beca completa como es el caso de Mario Zepeda, quien cursa su primer año de Auditoría Pública.
- Soñamos con una sociedad con personas realizadas en cada una de sus profesiones. Que valoren la familia, el trabajo, el liderazgo y el emprendimiento, explicó a Nuestro Diario Jhony Orizabal, miembro de la Asociación.
Carlos Jordán, a quien la Asociación debe su nombre, fue un miembro ITA que estudió Administración de Empresas. Su historia de vida es testimonio de cómo la voluntad del individuo puede lograr grandes cosas a pesar de toparse con serios obstáculos en el camino.
Originario de Poptún, Petén, Carlos tuvo una vida ejemplar. Gran parte de su juventud discurrió en condiciones precarias, pero siempre fue un buen estudiante con un alto grado de motivación personal.
Su deseo era estudiar en la universidad, pero no tenia los recursos necesarios siquiera para viajar a la capital. Luchador, como muchos lo recuerdan, encontró la forma de sortear los obstáculos y perseguir sus metas.
En noviembre de 1998 prestó dinero y viajó hacia Guatemala para tomar el examen de aptitud de la UFM y optar a la beca del Programa ITA. Su viaje, sin embargo, coincidió con el huracán Mitch, el cual le cortó el camino en Zacapa.
Varios ríos lo separaba de su futuro y el tiempo estaba en su contra, los examen eran al día siguiente. Pero su meta era clara y su fuerza de voluntad muy grande, así que tomó la decisión más difícil y cruzó el río a pie, arriesgando su propia vida. Cansado y con lodo hasta en las rodillas, se presentó a tiempo para el examen. De 45 jóvenes que aplicaron, él fue uno de los admitidos al programa de becas.
Lamentablemente, luego de cerrar el pensum, falleció en un accidente automovilístico camino a Petén. El percance dejó inconclusa la vida una persona que tenía mucho que mostrar a sí mismo y a los demás.
En su nombre también se erigió una biblioteca en el municipio que le vio nacer, biblioteca que ha abierto un mundo de conocimientos a muchos jóvenes. Entre ellos se encontrará, probablemente, uno que a futuro muestre la misma tenacidad que Carlos.
Contacto:
Fritz Thomas
Decano de la FCE
fthomas@ufm.edu
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