Las vasijas sibilantes o silbadoras me parecen mágicas porque producen un sonido; pero no mediante el aire, para que suene, sino que es agua la que presiona el aire que hay en la parte interna de las cámaras y así se produce el sonido, dijo Carlos Chaclán, ceramista, escultor y restaurador que mostró algunos de los instrumentos musicales pertenecientes a la colección del Museo Popol Vuh, de la Universidad Francisco Marroquín.
Carlos Chaclán también explicó cómo es que se hacen esas vasijas y enseñó una pieza que él está elaborando. Mostró detalles de cómo funcionan las cámaras de aquellas vasijas y el silbato. La complejidad de aquellas vasijas requiere de muchos conocimientos y habilidades.
Durante la charla hizo una prueba de sonido al soplar en el agujero que conecta una de las cámaras con la otra mediante un cilindro.
Luego mostró tres de las vasijas sibilantes que son parte de la colección del Museo Popol Vuh e hizo sonar una de ellas. Normalmente las vasijas silbadoras tienen un sólo sonido; pero la que hizo sonar Chaclán produce dos.
Carlos Chaclán explicó que es ceramista y que en el Museo Popol Vuh ha hecho investigaciones y estudios detenidos cada uno de los silbatos, ocarinas, con la intención de lograr un sonido similar al de algunos silbatos mayas; pero el esfuerzo que no ha sido fácil. Al finalizar la charla mostró una que elaboró y que también tiene un sonido doble y la hizo sonar con agua, para delicia de quienes ven y escuchan esta charla.
Ve aquí la conferencia de Vanessa Rodens, sobre vasijas silbadoras en Mesoamérica. Rodens es arqueóloga y maestra en etnología y culturas precolombinas, musicología y arqueología prehistórica.
Contacto:
Museo Popol Vuh
popolvuh@ufm.edu
Guatemala, 14 de septiembre de 2020
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