«Desde niño me gustan las novelas de misterio. Quise crear un personaje como Zadig, de Voltaire; Auguste Dupin, de Edgar Allan Poe; Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle; o Hércules Poirot, de Agatha Christie; pero sin las deficiencias de ellos. Aunque todos me gustan, no me agrada el recurso usado por sus autores de crearles un defecto para hacerlos “más humanos”», dijo Warren Orbaugh, autor de la novela Hágase justicia, así perezca el mundo, publicada recientemente.
«El tema de la novela surge de un evento real, aunque no en Las Vegas. Cuando sucedió, me pregunté qué tal si hubiera sido intencional. Desde entonces tenía la idea de hacer una novela a partir de aquel suceso», añadió Orbaugh.
El autor no tiene un fragmento preferido, como lo reveló al decir lo siguiente: «No tengo ninguna escena favorita; pues toda la novela se estructura relacionando las partes entre sí con el todo; y no se puede favorecer una parte sin romper la integridad de esta. De hecho, todas las pistas para resolver el misterio se encuentran a la vista para que el lector pueda averiguar el desenlace. Nada es superfluo. Aunque el lector piense por un momento que alguna conversación es gratuita, no lo es. Sirve para presentar alguna indicación que ayude a resolver el caso».
«También traté de escribirla de manera que lectores con diversos niveles culturales pudieran encontrar algo especial que los deleite, desde el que solo sigue la intriga hasta el conocedor de la obra de Dante Alighieri y la mitología griega. Espero que el lector se divierta al menos tanto como me divertí yo», dijo Warren Orbaugh.
Más sobre el carácter del protagonista
En referencia a su personaje personal, el autor nos explica lo siguiente: «Poe presenta a Dupin como una deshumanizada máquina de pensar, un hombre cuyo único interés es la lógica pura. Doyle nos muestra a Holmes como un hombre excéntrico que destaca por su inteligencia, su hábil uso de la observación y el razonamiento crítico o reversivo, hoy llamado abductivo, para resolver casos difíciles, pero adicto a la cocaína».
Luego, Orbaugh añadió que «Christie nos exhibe a Poirot como muy inteligente, objetivo, lógico, metódico, fanático del orden, casi a un nivel patológico, y de modales refinados; pero vanidoso y ampuloso, de poca estatura, rollizo, cabeza en forma de huevo y un impresionante bigote que, para él, constituye un orgullo, a pesar de ser un tanto cómico».
«Quizás es mejor el Zadig que nos describe Voltaire como un hombre sabio, objetivo, de razonamiento lógico, que sabía enfrenar sus pasiones, aunque mozo y rico; ni gastaba afectación, ni se empeñaba en que le dieran siempre la razón, y respetaba la flaqueza humana. Pasmábanse todos viendo que, puesto que le sobraba agudeza, nunca se mofaba con chufletas de los desconciertos mal hilados, de las murmuraciones sin fundamento, de los disparatados fallos, de las burlas de juglares, que llamaban conversación los babilonios», comentó el escritor.
Warren Orbaugh explicó que, «aunado a Zadig, me basé en otro modelo: el superhombre que Federico Nietzsche ejemplifica en Johann Wolfgang Goethe en su último libro, El crepúsculo de los ídolos. En este, lo pinta así: Goethe concebía a un hombre fuerte, muy culto, hábil en todos los ejercicios de la vida física, muy dueño de sí mismo, dotado del respeto de su propia individualidad y capaz de aventurarse a gozar plenamente de lo natural en toda su riqueza y toda su extensión; bastante fuerte para la libertad; hombre tolerante, no por debilidad, sino por su propia fuerza, porque supiera obtener ventajas de lo que sería la rutina de los caracteres medianos; hombre para el cual no hubiese nada vedado, salvo la debilidad, llámese vicio o virtud».
«En pocas palabras quise crear a ese hombre noble de personalidad armoniosa, el kalokagathos que describe Aristóteles, el individuo de mente sana en cuerpo sano. Un ingeniero y no un detective, que con sus acciones mostrara que por su profesión era sensato, lógico y objetivo. También ha sido mi intención que el protagonista sea hispanoamericano y que, por medio de él, se presenten nuestros valores y lugares, aunque la trama se desenvuelva en Las Vegas», concluyó.
La novela está disponible en Amazon; y en UFM Ediciones.
Warren Orbaugh es filósofo y arquitecto. Es autor de libros como El retorno del superhombre y El método literario de Ayn Rand. Es profesor en la Universidad Francisco Marroquín y director del Centro de Estudio del Capitalismo.
Contacto:
Centro de Estudio del Capitalismo
capitalismo@ufm.edu
Guatemala, 23 de abril del 2024
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