El baile de la conquista, más allá de la leyenda

 

Los orígenes de las diferentes variantes del baile de la conquista que se representan en Guatemala pueden trazarse hasta el manuscrito más antiguo que ha sobrevivido, que es el manuscrito de Cobán, de 1872. Este es el libreto más antiguo de aquel baile y, según un análisis de Bárbara Bode, a partir de este libreto se desarrollaron cuatro variantes, como lo explicó Víctor Castillo, durante la conferencia titulada «El baile de la conquista», que ofreció en el Museo Popol Vuh, de la Universidad Francisco Marroquín, el 3 de abril del 2024.

El antropólogo, Victor Castillo, en el Museo Popol Vuh, de la UFM. Foto por UFM Studios.

«Sin embargo», añadió Castillo, «en Guatemala ha prevalecido la idea de que aquel baile tuvo su origen en el teatro de evangelización del siglo XVI, hipótesis basada en los escritos de Víctor Miguel Díaz, cronista de principios del siglo XX. Díaz sostiene que la primera vez que se presentó el baile fue frente a Francisco Marroquín, para animarlo durante una enfermedad, cerca de 1542».

Víctor Castillo puso en duda esta posibilidad; pero apuntó que fue recogida en Four Keys to Guatemala, libro por Vera Kelsey y Lilly de Jongh Osborne. Esta última fue miembro de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala y su obra —que era una guía turística— fue un libro muy popular. De ahí que se haya diseminado tanto su perspectiva. «Lo malo», explicó, Castillo, «es que aquella perspectiva no descansa sobre bases sólidas, sino en los relatos de Víctor Miguel Díaz».

La cultura guatemalteca es rica en bailes. Foto por Luis Figueroa.

Otro libro importante para explorar la historia de esta danza es Estudio sobre el baile de la conquista, por Matilde Montoya, de 1970, donde se repite la versión de Díaz y es muy usado por estudiosos.

Ahora bien, Castillo observó que las obras de teatro de conversión religiosa que han sobrevivido en México están escritas en idiomas indígenas de forma muy elegante y ceremonial. Además, abordan temas religiosos complejos y sobre la moralidad pública. A esto se le puede sumar que son muy diferentes a estas danzas de boato militar y guerra. En Guatemala no sobrevivieron obras de conversión como las de México, pero sí hay obras como Coplas q´eqchi´, que se encuentra en la biblioteca The Newberry, en Chicago.

«Aquí, en Guatemala, para la conversión se usaban más obras de género lírico», agregó Castillo antes de comentar que Thomas Gage, que describió muy bien muchas de sus experiencias culturales en el siglo XVII, incluidas danzas, nunca mencionó un baile de conquista. Otros personajes que no mencionaron el baile de la conquista son Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, Brasseur de Bourbourg y José Martí; y tampoco se encuentra en las minutas del cabildo español de Quetzaltenango, que detalla la celebración del cumpleaños de aquella ciudad, en 1811.

La hipótesis que ofreció Castillo es que el texto original del baile de la conquista, del siglo XIX, fue inspirado en bailes —que sí están documentados— de la época virreinal y es un esfuerzo del regionalismo histórico en Quetzaltenango para difundir la perspectiva de los liberales altenses que gobernaron Guatemala entre 1871 y 1920.

La conferencia se basó en el baile de la conquista de Quetzaltenango, del cual él y Margarita Cossich son autores. Castillo es investigador del Instituto de Arqueología, de la Universidad Jaguelónica de Cracovia, Polonia; y Cossich lo es de la Universidad Nacional Autónoma de México, en México.

Contacto:
Museo Popol Vuh
popolvuh@ufm.edu

Guatemala, 6 de junio del 2024

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