Hoy se cumplen 40 años del primer día de clases en la Universidad Francisco Marroquín; y el domingo recién pasado los lectores de Revista D encontraron entre sus páginas un reportaje acerca de la UFM, sobre su historia, el legado de su fundador, su oferta académica y la aplicación de la tecnología en las aulas de una casa de estudios cuya nota esencial es la defensa de una sociedad de personas libres y responsables.
- Guatemala, agosto de 1971. Habían pasado apenas tres años desde que las protestas sociales en Francia –recordadas como Mayo Parisino o del 68– habían logrado movilizar a estudiantes universitarios y al gremio obrero [… ] En Latinoamérica, el inicio de la década de 1970 se vio marcado por la proliferación de las guerrillas, como la de Nicaragua, Guatemala y de forma incipiente en El Salvador, y los gobiernos militares.
Dicha explicación se encuentra al inicio del reportaje con el fin de describir el clima político de la época en la que se fundó la UFM (12 de agosto de 1971), el cual sin duda era adverso al liberalismo. Las clases comenzaron el 17 de enero de 1972.
La UFM nació del espíritu emprendedor de un puñado de liberales liderados por Manuel F. Ayau, quienes decidieron iniciar una lucha intelectual contra el socialismo y otras formas de interferencia gubernamental.
Años atrás Ayau había fundado el Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES), un think tank pionero que abrió el camino al liberalismo clásico en América Latina. El Centro se dedicó a divulgar la filosofía de la libertad, en especial las obras de los intelectuales de la Escuela Austriaca. Pero el grupo de liberales sabía que si querían transformar al país era necesario educar a su elite intelectual.
La UFM arrancó actividades con un presupuesto limitado -no más de $ 40 mil- y con apenas 125 estudiantes. Si bien era un inicio humilde, y Ayau en un momento se preocupó del fracaso de esta gran aventura, La casa de la libertad pronto inició su marcha hasta colocarse como una solida universidad con excelencia académica.
- Consistencia, constancia y coherencia durante 40 años. Desde su fundación la misión de la Universidad ha sido la enseñanza y difusión de los principios éticos, jurídicos y económicos de una sociedad de personas libres y responsables, afirmó el rector, Giancarlo Ibárgüen S., a la revista.
Varias décadas más tarde, luego que el comunismo se derrumbó, las ideas de la libertad han encontrado terreno fértil nuevamente y la Francisco Marroquín ha liderado esa nueva corriente en el país y fuera de sus fronteras.
Cuarenta años podrán parecer poco, pero en la UFM sus miembros se han preocupado siempre de tener su misión –la enseñanza y difusión de los principios éticos, jurídicos y económicos de una sociedad de personas libres y responsables– como punto guía de todas las decisiones y dirigirla por los caminos más modernos y efectivos respecto a la educación universitaria.
- La tecnología y la educación van de la mano. Hoy, la tecnología es ubicua, que quiere decir que está presente a un mismo tiempo en todas partes. No se puede desprender el proceso educativo de la realidad tecnológica. Los educadores debemos escuchar atentamente qué es lo que nos dice la tecnología, agregó Giancarlo.
Entre los méritos de la UFM en el campo de la tecnología el reportaje menciona a New Media, el centro de recursos digitales que graba y publica en Internet clases, entrevistas, conferencias y foros con personalidades académicas; la publicación de libros liberales en Kindle y los cursos virtuales que la Escuela de Negocios ofrece desde 2004.
Contacto:
Giancarlo Ibárgüen S.
Rector
rectoria@ufm.edu
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