Vista aerea del Jardín Manuel F. Ayau y del Edificio Académico de la UFM.
Fotos por Harry Díaz.

En 1971 nació a la vida intelectual de Guatemala y de América Latina, la Universidad Francisco Marroquín que hoy cumple 42 años de enseñar y difundir los principios éticos jurídicos y económicos de una sociedad de personas libres y responsables; siempre en persecución de la excelencia. El 15 de enero, del año siguiente, las clases comenzaron con 42 estudiantes.

Para la UFM, la excelencia es una calidad superior que hace a las personas o a las cosas dignas de singular aprecio o estimación. Y en esta casa de estudios, la excelencia académica es la calidad de ideas, principios y actuaciones de quienes, como profesores o alumnos, se sitúan habitualmente por encima del simple cumplimiento material y rutinario de su deber, constituyendo ante todos un ejemplo vivo de vida coherente. La excelencia así entendida solo es posible en un marco de libertad, competencia y respeto.

En la UFM existe un espacio único en el que estudiantes, profesores y profesionales de todo el mundo pueden discutir, afinar y dispersar la libertad y la responsabilidad. No es hasta que las personas asuman responsabilidad por sus acciones que van a comprender el poder de cambio de las mismas. Poco a poco, estos principios son puestos en práctica por las personas que tienen contacto con la universidad y, así, empiezan a cambiar la sociedad tomando decisiones responsables e intentando recuperar su libertad, explicó María Wer, estudiante de Tercer año de la Facultad de Ciencias Económicas.

Las virtudes que se cultivan en La casa de la libertad, expresadas en su escudo, son: la nobleza, como prueba contínua de confianza que debemos dar a los demás en nuestra convivencia diaria; la sabiduría que más que erudición es sentido común para saber situarse y avanzar; el coraje como la decisión y el valor de nuestras iniciativas; y la fortaleza como la flexibilidad, sin sometimiento, ante cualquier prueba, dificultad o reto.

Lo que me hace sentir más orgulloso de ser estudiante de la UFM -aparte de que Arquitectura es muy buena- es que toda nuestra educación va respaldada con un contenido ético y moral; es una educación integral. Yo sé el peso que tendrá el título de la Marroquín una vez me gradúe y salga a la calle. Además, la educación no se limita a los temas de mi carrera, engloba mucho más como lo son clases de economía, explicó Carlos Brenner, estudiante de Segundo año de la Facultad de Arquitectura.
Mi experiencia en la UFM ha sido agradable y beneficiosa. He compartido con personas comprometidas con la excelencia: profesores, personal, compañeros estudiantes y amigos. Pero, sobre todo, he comprobado que se ha cumplido lo que en el ideario de la UFM se establece con relación a la práctica y la teoría, a saber, que “toda práctica consciente involucra la aplicación de una u otra teoría y entre más teórica es la práctica más práctica o eficaz será la teoría.” Por ello, puedo decir que no he estado aquí por un título, o para decir que fui a una universidad. Lo que hacemos en “La casa de la libertad” es motivado por un propósito: el de ser personas sobresalientes y formadas en los valores de la libertad, dijo Andrés Paniagua, estudiante de Cuarto año de la Facultad de Derecho.
Quizás lo más importante ha sido darme cuenta lo mucho que he crecido como persona desde que inicié. La Universidad no sólo nos da la oportunidad de crecer académicamente, sino también moral y personalmente, expersó Daniela Méndez, estudiante de Segundo año de la FCE.

El cuadragésimo segundo aniversario de esta casa de estudios también va acompañado de un cambio importante. La dirección de Rectoría pasará a nuevas manos por tercera ocasión en su historia, de Giancarlo Ibárgüen S. a Gabriel Calzada.

Veo los últimos 10 años con mucha satisfacción y no por los méritos propios, sino por la cultura de trabajo y excelencia que hemos ido cultivando en la universidad. Un grupo de personas como yo, ordinarias, logrando resultados extraordinarios. ¿Por qué? Porque estamos comprometidos con la misión de la Universidad y su promesa de excelencia académica. Gabriel entra con nuevos aires, con juventud y con muchísimos méritos intelectuales a su corta edad. Sé que va a contribuir al engrandecimiento de la UFM y al mejor cumplimiento de su misión. Gabriel es un hombre de mucho talento y podemos esperar unos próximos años muy llenos de dinamismo, de nuevos proyectos y el continuado compromiso con la excelencia académica, explicó Ibárgüen.

Contacto:
Luis Figueroa
Director de Relaciones Públicas
rrpp@ufm.edu


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