Guatemala no es un país poco endeudado, más bien todo lo contrario. El gobierno de Guatemala pretende hacer creer a la población que el nivel de endeudamiento es bajo para aprobar un presupuesto a todas luces excesivo de Q99,200 millones, desfinanciado en casi Q20,000 millardos. Si 2020 fue el año del gasto excepcional (probablemente también injustificado), los años que vienen deben ser los años de apretarse el cincho y pagar las deudas contraídas anteriormente, explicó Daniel Fernández en un artículo publicado en UFM Market Trends.
Con motivo de la presentación del presupuesto de Guatemala, todos los años en éstas fechas, el gobierno de Guatemala nos intenta convencer de que el país está muy poco endeudado y de que somos la envidia fiscal de todo Hispanoamérica. Después de acumular una deuda gigantesca en el año 2020 uno pensaría que esta “tradición” tan peregrina iba a desaparecer en 2021. Sin embargo, parece que los incentivos políticos, esto es, gastar sin importar la factura que dejas a las próximas generaciones, pesan más que la sana prudencia financiera, indica el profesor Fernández.
La elección de indicadores comparativos con la región que hace el gobierno de Guatemala no es inocente. Por desgracia para el discurso de las autoridades, ni la deuda per cápita, ni la deuda en función del PIB son magnitudes relevantes para comparar la capacidad de endeudamiento del sector público de un país, añade el autor.
El mejor indicador para analizar comparativamente el endeudamiento entre países es el ratio de deuda sobre ingresos públicos. Este indicador nos muestra la cantidad de años que necesitaría un gobierno para pagar toda la deuda pública si destinara todo su ingreso a tal fin. El FMI considera como un “punto rojo” que la deuda de un país supere 2.2 veces su ingreso público (o deuda como 220% del ingreso del gobierno), dice el artículo.
Contacto:
UFM Market Trends
trends@ufm.edu
Guatemala, 26 de octubre de 2021.
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