Para comprender la historia contemporánea de Guatemala en cuatro módulos y reflexionar sobre el contexto, la cronología y las motivaciones ideológicas del enfrentamiento armado interno, los profesores Rodrigo Fernández y Eduardo Fernández impartieron el curso Historia del Enfrentamiento Armado Interno en Guatemala, organizado por el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, de la Universidad Francisco Marroquín.
En el mismo se exploraron, por parte de Rodrigo Fernández, el primer fracaso revolucionario entre 1960 y 1971 y de dónde surgieron las primeras agrupaciones guerrilleras a partir del levantamiento del 13 de noviembre de 1960; la lucha revolucionaria por medio de los frentes de masas entre 1972 y 1978 y cómo fueron utilizadas las organizaciones sindicales, estudiantiles y campesinas por las agrupaciones revolucionarias para hacerse con una base social y de sustento, después del fracaso de la década anterior; así como las guerrillas de segunda generación entre 1979 y 1990 y por qué fracasó la lucha revolucionaria en los años 80, en lo que el profesor Fernández llama guerrillas universitarias «porque fueron inventadas en la universidad estatal. Ya en 1986 el ministro de defensa de la época declara que las guerrillas ya no son una amenaza, sino más bien una molestia, y que el verdadero peligro ya estaba desactivado. Para entonces las guerrillas no son más que bandas que se refugiaron en lugares recónditos y ya no eran peligrosas para la institucionalidad».
Eduardo Fernández abordó la reivindicación de la izquierda revolucionaria entre 1991 y 2020; expuso la agenda revolucionaria en los últimos 25 años.
Los cursos se impartieron entre el 16 de marzo y el 31 de agosto del 2023. Rodrigo Fernández, MA, es abogado e historiador; y Eduardo Fernández es doctor en ciencia política. Recientemente obtuvo el Premio Robert Nozick, que otorga la Universidad Francisco Marroquín.
La complejidad histórica del fracaso de las guerrillas
«Lo que me sorprendió al elaborar el curso», dijo Rodrigo Fernández, «es la gran cantidad de material que hay disponible de ciertos autores, incluso dentro de la misma guerrilla, para explicar y entender su propio fracaso; pero a la vez lo manipulada que está la información y cuán erróneamente se interpreta la misma».
«Por ejemplo: Mario Roberto Morales tiene varios libros en los que critica toda la postura del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP); y Mario Payeras, que rompe con el EGP luego de las masacres, también. Son críticas que se pierden, porque gana el discurso mainstream, que es el que conocemos, según el cual el Ejército dispuso matar campesinos. Pero esta versión carece de contexto y eso es lo que quisimos darle al curso y a los módulos», explicó Rodrigo Fernández.
«No es cierto que los guerrilleros fueran un grupo de jóvenes idealistas que promovían el respeto a los derechos humanos y buscaban la democracia. Lo que querían era imponer un Estado totalitario, socialista o comunista, que anulara las democracias liberales. Esa fue una readecuación del discurso como para justificar la violencia sin sentido contra el Estado. Es innegable que hubo represión; pero la misma estaba inmersa en un contexto nacional e internacional y ese es el marco que buscamos en aquellos cursos», explicó el profesor de los primeros tres módulos.
Perspectivas divergentes sobre la democracia
«Lo que descubrí», dijo Eduardo Fernández, «es que los propios intelectuales de izquierda, como Ricardo Sáenz de Tejada, antropólogo de la Universidad de San Carlos de Guatemala, y Edelberto Torres-Rivas, afirman que la guerrilla nunca creyó en la democracia y que siempre quiso boicotearla, no en una publicación, sino en varias publicaciones. Esto sorprende porque hoy en día, cuando uno habla con jóvenes, lo que el joven promedio piensa es que la izquierda fue la constructora de la democracia y eso es una gran mentira».
«Entre los textos de finales de los años 80 y sobre todo de la década de los 90, que utilizamos, hay, por ejemplo, uno de Edelberto Torres Rivas que utilizamos en el curso y que se titula La izquierda centroamericana en la encrucijada. Lo que se ve con claridad es que las fuerzas de extrema izquierda de este país no querían la democracia y pensaban que la misma solo era un instrumento para finalizar el conflicto armado. Obviamente sí lo era, porque es propio de personas utilizar la democracia para finalizar aquello; pero lo curioso es que ellos no estaban de acuerdo con la democracia como concepto», explicó el profesor del cuarto y último módulo.
«Aquella posición chocaba con la izquierda más moderada, más socialdemócrata. El Partido Socialista de Guatemala, por ejemplo, que estaba dentro del sistema, distaba mucho de los verdaderos protagonistas, que eran antisistema, guerrilleros y gente sin escrúpulos», concluyó el profesor Eduardo Fernández.
Contacto:
Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales
epri@ufm.edu
Guatemala, 7 de septiembre del 2023
Recientes
- 1
- 2
- 3
- …
- 1.263
- Siguiente »