«La economía ritual de mercado es un fenómeno para todos los sentidos», dijo Christa Schieber de Lavarreda durante una conferencia que impartió en el Museo Popol Vuh, de la Universidad Francisco Marroquín, el 2 de julio del 2024.
En su conferencia, titulada Economía de mercado ritual en Tak’alik Ab’aj, la arqueóloga explicó que este modelo de gobierno fue clave para las primeras sociedades del preclásico. Entre estas, aquella ciudad de la costa sur de Guatemala que no fue un caso único.
El paisaje y la localización geográfica de Tak’alik Ab’aj facilitaron que esta ciudad se estableciera como una ruta comercial legendaria de larga distancia, que conectaba todo el litoral del Pacífico hasta el istmo de Tehuantepec, Oaxaca, y más allá. «Esos contactos permitieron que las personas desarrollaran márgenes de tolerancia amplios, y que los intercambios de información y soluciones fueran tan intensos y fluidos como lo son actualmente», explicó Schieber.
La arqueóloga señaló que, cuando la cultura olmeca comenzó a declinar, Tak’alik Ab’aj implementó una reingeniería a tiempo, antes de que ocurriera un colapso. Por ello, la ciudad continuó existiendo, a veces con éxito en ciertos campos, y otras veces no.
Durante 1,700 años, sus habitantes fueron negociadores hábiles y lograron muchos éxitos comerciales en un sistema que funcionaba porque todos se beneficiaban del mercado; hasta que los grupos prequichés intentaron que Tak’alik Ab’aj les tributara cacao.
Schieber también habló sobre los rituales con fuego y la importancia de los protocolos en estos. Se refirió al célebre altar de piecitos, que conmemora la cuenta larga en el calendario maya.
Christa Schieber de Lavarreda destacó la importancia de la transmisión oral de las costumbres, así como las modas -como la pasión por las miniaturas, los mosaicos y los objetos brillantes-. Mostró cómo funcionaban los objetos reflectores, que hacían que quienes los portaban al danzar parecieran el Sol.
Al retomar la importancia del mercado, la arqueóloga habló de objetos de hematita especular trabajada en Oaxaca que se han encontrado en la zona olmeca, así como del ámbar de Chiapas. «Lo que yo no tengo, tú me lo das, y a cambio te doy lo que tú no tienes», dijo la arqueóloga.
Christa Schieber de Lavarreda recibió la Orden del Pop 2024, una presea que honra los méritos de personas que han contribuido a la conservación, investigación o difusión del patrimonio cultural de Mesoamérica.
Contacto:
Museo Popol Vuh
popolvuh@ufm.edu
Guatemala, 24 de septiembre del 2024
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