«Fearless Flyers» obtuvo premios en reto del Make Impact Consortium

 

Un equipo interdisciplinario de estudiantes de la Universidad Francisco Marroquín, con su proyecto Shielder, obtuvo el segundo lugar en el Covid-19 Design Challenge for Students, reto en el que participaron equipos de universidades de los EE. UU., los Países Bajos, el Reino Unido, Jordania y Australia. El equipo de la UFM también obtuvo el Media Award.

Los miembros del equipo, Fearles Flyers, son Víctor De León, de Diseño digital interactivo; Diego Duarte, de Contaduría públic y auditoría; Leonel Regalado, de Economía y Lorena Rodríguez, de Arquitectura.

«Fearless Flyers», el equipo multidisciplinario de la UFM.

El desafío de la competencia consistió en el diseño de soluciones para que los huéspedes y el personal de una cadena de hoteles se sientan seguros durante la pandemia. Los equipos de estudiantes compitieron para diseñar productos y software que abordarán las preocupaciones clave de los huéspedes del hotel.  El reto fue organizado por el Make Impact Consortium y por The Omni Hotels and Resorts.

Shielder es una persiana que protege a las personas, del coronavirus, mientas disfrutan de ambientes como bares y restaurantes.  Las persianas son fabricadas con materiales de alta calidad y tecnología; planchas de cobre y con fibra de carbón activado que son reciclables y se auto desinfectan debido a las cualidades del cobre. Las Shielder están inspiradas en el origami de modo son fáciles de colgar, o de colocar en el suelo (dependiendo del ambiente en que estén) y también son modulares y fáciles de guardar.

Esta es la segunda vez que participamos en esta competencia; y lo vimos como una oportunidad para aprender de nuestra primera experiencia.  Descubrimos la importancia de que el equipo fuera multidisciplinario ya que al tener integrantes de otras facultades aprovechamos la división del trabajo y la diversidad de conocimientos; alguien se encargaba de la estructura, otro del diseño, alguien más del cálculo y vimos cómo es que las carreras se complementaban con la asesoría del CoLab, dijo Diego Duarte.

Aprendimos de nuestros errores y a después, darle con todo.  Aprendimos a no frustrarnos.  El proyecto requirió que le dedicáramos bastante tiempo, requirió de investigación y de que buscáramos retroalimentación de profesionales externos al equipo; también de que aprovecháramos las habilidades de los miembros del equipo multidisciplinario y de que compartiéramos las nuestras.  Y al final quedamos de super amigos, explicó Víctor De León.

Este «challenge» fue una súper experiencia para mi. Me enseñó a compartir y trabajar con compañeros de otra facultad y a encontrar nuevos métodos de investigación. Adicionalmente me pude dar cuenta que realizar un proyecto lleva mucho esfuerzo y trabajo duro, añadió Lorena Rodríguez.

Fue muy buena experiencia, todas las horas que invertimos en el proyecto dieron frutos. Siendo nuestra segunda participación, supimos aprender de nuestros errores. De lo más importante que me llevo es el valor de la mentoría; tener quien vea tus ideas, y te de «feedback» sincero para encontrar tu norte de nuevo, expresó Leonel Regalado.

La participación de estudiantes de la UFM fue coordinada y apoyada por el CoLab de esta casa de estudios.

Desde el CoLab queremos promover el trabajo interdisciplinario y creo que los participantes se dieron cuenta del valor de trabajar con estudiantes de otra carreras, y del valor de “prototipar”, fallar y volver a diseñar.  Y, nosotros como “coaches”, aprendimos mucho de los “coaches” de la Facultad de Derecho, dijo Jorge Gabriel Jiménez, del CoLab.

Por su parte, Isa Moino, del CoLab, ofreció consejos para los estudiantes que participen en futuros retos: Aprovechar los recursos del CoLab y los de la Universidad, confiar en el proceso y aprender a “navegar” la ambigüedad.  Este tipo de competencias es para estudiantes que quieren resolver problemas reales y llevar sus ideas a la acción y a la tangibilidad.  Para estudiantes que quieren descubrir las necesidades reales de los usuarios.

En el proceso fueron claves muchas personas entre quienes se cuentan Nuria Widmann, arquitecta graduada de la UFM, que vive en Barcelona y asesora hoteles; Chema Bonilla y Ariel Smith, Ximena Vargas, Ximena Mathus y Julian Castillo.

La Universidad Francisco Marroquín es cofundadora del Make Impact Consortium, con el Massachusetts Institute of Technology y seis universidades más en el mundo.  El Make Impact Consortium es un programa interdisciplinario, cuyo objeto es integrar la tecnología, la innovación y la cultura de cocreación de universidades conscientes de que el emprendimiento y la colaboración impulsan el progreso humano.

La UFM fue invitada a pertenecer al MIC gracias al espíritu emprendedor que les inspira a todos sus alumnos; independientemente de la carrera que cursen. Los estudiantes aprenden a explorar nuevas ideas, a ser innovadores y a trascender por su capacidad emprendedora y creadora.

El primer lugar en la competencia fue para la Bahcesehir University, de Turquía; y el tercer lugar fue compartido por la University of Michigan, EE.UU. y la Fontys University of Applied Sciences, de los Países Bajos.

 

Contacto:
Jorge Gabriel Jiménez
CoLab
jjimenez@ufm.edu

 

Guatemala, 18 de marzo de 2021.

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